sexta-feira, 10 de março de 2017

Los perros soñolientos

En Chile hay calles donde el árbol es como un paráguas: sus hojas negras abiertas bajo el cielo azur mientras llueve. Dos viejos descubren entre ellos el primer beso y las puntitas de los pies suponen volar. Por cada vaso lleno de agua un edifício brota de la tierra y engendra un pájaro en que todos intuimos la melancolia. En cada corner sé que hay perros soñolientos, pasos acercandose y un rumor del azar.